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¿ES LA ACTITUD POSITIVA REALMENTE IMPORTANTE EN EL TRABAJO?

En el mundo laboral una actitud positiva frente al trabajo y las relaciones interpersonales facilita la cooperación y el trabajo en equipo, mejorando el desempeño individual, grupal y organizacional, así como también nuestro bienestar y felicidad. ¡Al menos, las investigaciones científicas así lo han corroborado!

 

Sin embargo, con un mundo laboral lleno de recortes, fusiones, y altos índices de desempleo, etc., ¿es razonable encontrar actitudes positivas en el trabajo? Antes de responder, pongamos un ejemplo: <<Como personas trabajadoras asalariadas, podemos pensar que nos pagan poco, lo cual nos molesta y nos genera una sensación de frustración e inequidad (¡por lo que trabajo, me merezco más!), con lo que podemos empezar a buscar empleo en otra parte, o a invertir el tiempo de trabajo en otras cosas (lo que se ha venido a llamar “presentismo”)>>. En este ejemplo más común de lo deseable, encontrar actitudes positivas no es fácil. De todos modos, no imposible. Veámoslo.

 

¿Qué podemos hacer desde la óptica de las organizaciones? Es algo sistémico, de todas las partes. Las organizaciones que lo han entendido están tomando medidas concretas y útiles para mejorar las actitudes positivas en sus empleados, como por ejemplo: (a) actuar (los mandos y directivos) como verdaderos ejemplos y modelos de conducta, alineando coherentemente lo que predican con lo que hacen; (b) facilitar el equilibrio entre la vida laboral y personal (flexibilidad horaria y de espacios, etc.); y (c) generar oportunidades para experimentar flow (facilitando los recursos externos necesarios para enfrentar los retos y desafíos laborales que realmente generan cambios y beneficios en las organizaciones).

 

¿Y los empleados? moldear el propio puesto de trabajo (job crafting en inglés) ha demostrado científicamente que revitaliza nuestra actitud positiva, aportando valor y sentido a la propia profesión. Tal rediseño genera una mayor sensación de control sobre lo que hacemos y nos sucede, mejorando nuestra salud, bienestar y desempeño. ¿Parece eso posible? Muchas personas que trabajan con nosotros ya lo están haciendo y nos lo enseñan a diario. Las vemos generalmente con una actitud positiva frente al trabajo y la vida, generando buen clima laboral y contribuyendo más allá de lo esperable a la consecución de los objetivos de la organización. Los ejemplos son infinitos: desde (a) una profesora que convierte sus clases de teoría en realización de cortometrajes y análisis de series de televisión; a (b) un trabajador de fábrica que empieza a grabar vídeos por el móvil y empieza a colgarlos en un canal de youtube como tutoriales de cómo se realizan complejos procesos industriales.

 

En definitiva, lo más importante en el trabajo no es necesariamente lo que nos sucede, si no cómo nos tomamos y reaccionamos a aquello que nos sucede. Como empleados, o muy especialmente como supervisores, directivos o dueños de empresas, en eso sí podemos influenciar y decidir. Y es que una actitud positiva en el trabajo no es tan solo una necesidad egoísta individual para producir más y estar mejor, si no que es una necesidad colectiva que va más allá de nosotros mismos.

 

Profesor Dr. Jordi Escartín. Coach Sistémico y Consultor Organizacional. Director del Máster en Coaching y Liderazgo Personal de la Universidad de Barcelona

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